"El cuidado de mi cuerpo, mi alma y mi espíritu es mi mayor acto de amor propio"
Liz Gilbert
Pero ya no soy la misma persona desde entonces.
Esa versión aún no era madre. No sabía todos los procesos y aprendizajes por los que debía pasar.
Te haré un resumen.
Durante 10 años fui psicopedagoga en Buenos Aires, Argentina. Un buen día me enamoré y decidí dejar todo para mudarme a España.
Era agosto de 2020 y hacía mucho calor. Un signo de + me plantó una sonrisa en la cara a las 6 de la mañana.
El cuerpo se me llenó de vida. Literal y metafóricamente.
A 10430,09 km de casa (sí, siempre será mi casa), estaba feliz. Todavía no sabía mucho del lado B de la maternidad.
Catorce meses y veinticuatro días después de haber dado a luz a mi primer hijo, otro positivo irrumpe en mi vida. Esta vez, sí sabía del lado B. Esta vez sí pesaban los 10430,09 km de casa.
Mi hijo mayor me enseñó de sensibilidad, de intuición y de escucha.
Mi hijo menor me enseñó sobre valentía, sobre lo poderosa y mágica que puedo ser.
Y los dos juntos me recordaron la importancia de cuidarme en cuerpo y mente.
Y no, no es egoísmo. Es supervivencia. Es amor propio.
Si no me cuido yo, no puedo hacer nada.
Ni por ellos
Ni por mí
Ni por nadie.
Conectar con mi cuerpo desde el amor y el autocuidado. Cuidar mi cabeza, mi mente, mis emociones y toda mi energía. Hace que mi vida sea más feliz.
Y la respiración, mi respiración fue y es mi gran aliado.
En el medio del caos, comencé mi práctica de hipopresivos y luego estudié. Me puse primero a mí como prueba.
Me formé como coach de hipopresivos, como profe de yoga.
Me especialicé en suelo pélvico, en postparto y en menopausia. pensarás ¿Qué tendrán en común estas etapas?
Que todas nos invitan a transformarnos. De adentro hacia afuera.
Este es un espacio de Hipopresivos, para sanar disfunciones de suelo pélvico, abdomen y postura… y también es tomarte un respiro para SER.
Deja de buscar respuestas afuera y empieza a sanar y construirlas desde adentro.
